Hace unos años, un amigo viajero me enseño una foto de un sitio llamado Bagan, que ni tan siquiera sabía localizar en el mapa. La foto parecía sacada de un cuento, hecho para un vídeo juego, con un escenario precioso lleno de pagodas, templos y estupas envueltas en una sinuosa niebla que le daba un carácter mágico y a la vez tenebroso. Pues bien, a finales de 2016 pude viajar a Myanmar y en concreto a Bagan para poder ver son mis propios ojos aquellas tierras y edificios que tanto me habían llamado la atención. Pasear por Bagan es un sueño, pocos sitios en la tierra son tan agradables, tranquilos y auténticos, no solamente por su edificios, si no también por sus gentes tan sonrientes, que mantienen su forma de vida intacta desde hace siglos. En una extensión de 42 km cuadrados, se conservan más de 2200 templos y llego haber más de 4000.
Después tuve la oportunidad de poder disfrutar de este maravilloso paisaje volando en globo, hice tres vuelos y las vistas al amanecer de todo este territorio te impacta, poder contemplar como la selva envuelve y cobija los templos, la vida cotidiana de personas andando por senderos rojos con su bueyes, los poblados, el río Ayeyarwady que es inmenso es increible.
Bagan esta de moda, cada vez más gente habla de este lugar, esperemos que el turismo sea para crear riqueza en este lugar pero que no acabe con lo genuino de este sitio.
Os dejo un vídeo resumen de mi uno de mis vuelos en globo pro Bagan:
